martes, 16 de septiembre de 2008


MARIA
María Merlino nació el 27 de enero de 1971 en Benito Juarez “capital de la amistad”, una pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires.Su interés por el teatro nació durante la más tierna infancia. Su primera actuación fue en el jardín de infantes, en donde interpretó el papel de una señora que salía a hacer las compras con su changuito. De niña tarareaba los tangos que su padre le cantaba; los repetía frente al espejo haciendo mímicas que remedaban a las cantantes populares. Recuerda que a la hora de la siesta solía escuchar radioteatros junto a su madre mientras tomaban té de cedrón con bombilla.En su juventud fue nominada a flor del pago, pero nadie la votó.En 1989 decidió probar suerte en la Capital Federal. A su arribo se instaló en un pensionado de monjas de la calle Uriburu. Ni los miedos, ni las dudas de su familia (su hermano creía que la ciudad era un lugar peligroso y que corría, entre otros riesgos, el de ser violada a su llegada) lograron desanimarla. A partir de entonces ha participado en numerosas puestas teatrales y algunos largometrajes, cosechando reconocimiento.Este espectáculo lo siente como un homenaje tardío a Elena Adela y a Rodolfo Angel, una fiesta de espíritus pasados impregnada del anacronismo de las costureras de pueblo.

EVA

Eva Duarte nació el 7 de mayo de 1919, en Los Toldos, un pequeño pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires, en el seno de una familia humilde y trabajadora. Allí vivió hasta 1935, año en que hastiada de la vida pueblerina decidió apostar por su sueño de transformarse en actriz y trasladarse a la Capital Federal, con un boleto de tren y una valija como únicas pertenencias.
Poco a poco fue insertándose en el mundo del espectáculo de la época. En 1939, su carrera dio un vuelco fundamental: protagonizó un famoso radioteatro y la revista Antena la eligió para ilustrar su tapa. A partir de entonces desarrolló una breve pero trascendente carrera actoral, que se interrumpirá con otro contundente vuelco del destino, al conocer a Juan Domingo Perón, quien más tarde se transformará en su marido y en presidente de la República. Esta relación y su amplia exposición mediática le depararían enemistades con otras grandes figuras de la época, entre ellas la célebre Libertad Lamarque.
En su rol de primera dama, Eva Perón realizó un intenso trabajo de ayuda y desarrollo social, por el cual se la recuerda como “la abanderada de los humildes”.
Luchó además por el derecho al voto femenino, alcanzado en 1947. Ella misma votará por primera vez desde su lecho de muerte en las elecciones del 11 de noviembre de 1951.
Falleció el 26 de julio de 1952, a los 33 años de edad. Sus velatorios duraron 14
días.

LIBERTAD

Libertad Lamarque Bouza nació el 24 de noviembre de 1908 en Rosario, Provincia de Santa Fe. Su padre era anarquista y decidió honrar sus ideales llamando a su hija “Libertad”.
Desde muy niña se interesó por el teatro. En 1926, se trasladó junto a sus padres a la Capital Federal. Ese mismo año hizo su debut en los escenarios como integrante de un trío vocal acompañada por las actrices Olinda Bozán y Antonia Volpe.
Fue conocida como “La novia de América”. Filmó 21 películas en Argentina, 45 en México y 1 en España. Grabó 6 telenovelas y más de 800 canciones.
Su fama no solo se debe a su talento natural, sino también a su empeño y a su voluntad para trabajar sobre su propia voz, tarea que le demandó gran esfuerzo ya que Libertad tenía una voz demasiado aguda, incluso para su registro de soprano. Sin embargo, transmitía con su canto una fuerza inusual para una cantante femenina, expresividad que le valió el apodo de "Gardel con polleras".
En el año 1946, por problemas de celos profesionales con Eva Duarte, esposa del entonces Presidente Juan Domingo Perón, abandonó Argentina para radicarse en México, donde falleció el 12 de diciembre del 2000 a los 92 años de edad, dejando inconclusa su última telenovela, "Carita de ángel".
Sus cenizas fueron esparcidas en el Océano Atlántico, en las costas de la ciudad de Miami, en cumplimiento de su última voluntad: quería que sus cenizas recorrieran todos los países en los que fue reconocida y admirada.